30.6.16

A veces los delfines se pueden convertir en gaviotas. Sabina Blasco


No sé si es un pez o dos medios peces, una mujer transformada o dos mujeres diferentes, dos cabras o una espejada, un ave que corre tras los delfines o un delfín con alas que va más lento.

¿Tengo que entender que la mujer sirena en realidad sigue siendo un animal mamífero que amamanta a sus vástagos o en realidad es un detalle sensual para provocar a los peces? 

Sabina Blasco y un pez (o dos)

Tenemos limitaciones. Pero el arte las minimiza

Vagando entre nuestras limitaciones, a todo le ponemos límites. 
Sin embargo es posible ir más allá de la mente y sentir la UNIDAD de la existencia dentro de uno.

Este “trozo” de un montaje que se llamaba El Jardín Espiritual, y realizado por Sabina Blasco para el Centro de Historias de Zaragoza nos lleva a pensar que el arte efímero es una forma de provocar sensaciones pero que gracias a la fotografía, logramos evitar que sea tan efímero como pretendía la artista. No es lo mismo, pero siempre podremos volver al recuerdo.

28.6.16

Amarillo carta en honor al desaparecido

Hubo tiempos en los que se recibían cartas en casa, cartas con sobre y todo. Cartas con húmeda pasada de labios y sello de reyes. 

Los trenes de correos cerraron y todo se nos quedó en “otra cosa” llamada de otra forma. 

Ahora con esos recuerdos hacemos colores.

Cecilia de Val y algunos de sus objetos de deseo

La artista zaragozana Cecilia de Val nos presenta en Zaragoza Activa una intervención que ha llamado “Objeto de Deseo. Los Estados Excluyentes” con diversas presentaciones de imágenes “con algo” que las convierte en otra “cosa”. Fotografías que se convierten en objetos para todas ellas unidas formar una escultura, es deicr un diálogo, una obra nueva y distinta.

Intentar explicar lo que cada artista intenta plasmar es muy complicado y a veces todavía distrae más lo que se ve. Toda la exposición está presidida por este montaje. No pienso explicar nada, ni tampoco añadir nada de los texto que la autora ha dejado junto a su obra. La curiosa belleza de la obra ya habla por ella misma. Son nuevas formas de percibir fotografía digitales, pero sobre todo nuevas formas de trabajarlas y de aportar su particular visión y trabajo.

Surrealismo con tres dedos casi iguales

El surrealismo también trabaja con la fotografía y se adapta a las nuevas técnicas de transmisión de ideas. Esta fotografía la encontré por internet y no dispongo de su autor. Pero es el ejemplo de un juego de formas, de realidades, de mentiras. No sobra nada, tampoco sobran los dedos.

26.6.16

Fotografía post mortem en la España vieja

Hasta los años casi 80 existía en España la curiosa y tal vez triste costumbre sobre todo en el mundo rural, de encargar a un profesional el fotografiar al familiar fallecido en su cama, rodeado de sus familiares más cercanos, y después esa imagen colorearla a mano con anilinas y enmarcarla montada en un bastidor de madera. Puede parecer extraño, irreal, pero es una muestra de esa España todavía ancestral y antigua que sobrevivía en ciertas zonas hasta la entrada de la democracia. La fotografía era y es un ejercicio documental.

Personalmente conocía a un profesional fotógrafo que se dedicaba a colorear estas imágenes. Duras a veces, donde nadie parecía sufrir, y todo representaba una escena artificial y fría, sin alma. Le mandaban los negativos, positivaba y retocaba la fotografía para quitarle manchas o motas o marcas que distrajeran el conjunto, para después pasar a colorear toda la fotografía con anilinas de tinta china y pinceles.

¿Cúal era el motivo de que este tipo de fotografía se realizara? Tal vez era el último momento de ver con “vida muerta” al familiar y se quería retener su figura, su imagen con vida. La fotografía para muchas personas era un método para atrapar el tiempo. Tal vez era una costumbre que sirviera para mandar a sus familiares alejados, inmigrantes, como recuerdo de lo que sucedió, una forma de garantía de muerte.

Muchas veces se montaba alrededor de la cama unos grandes velones encendidos y los familiares se vestían con trajes de luto pero de calidad, para aparecer en la fotografía. El muerto siempre estaba maquillado y aparecía como dormido. Aunque la fotografía se coloreaba con anilinas el efecto seguía quedando gris, apagado, triste, artificial. Con la llegada de la fotografía a color curiosamente este ejercicio casi teatral desapareció, posiblemente al resultar de mucho peor gusto, pues era todo el resultado mucho más real.

Escrituras locas de personas normales

Si a una persona le damos un lápiz y un lienzo…, podría hacer una obra de arte.

Si a mil personas les damos un lápiz a cada uno, pero un solo lienzo para todos, podrían pintar la locura.

Podría ser muchas cosas. Pero como siempre, es sólo una

Podría ser un espacio de tormenta, una marina gris de tarde, un invierno duro y frío, un miércoles de los duros, incluso la soledad de una semana mala, o el dolor de un abandono, el recuerdo de unos días pasados, los restos de un naufragio, unas tinieblas que ya se vuelven. 

En realidad es una simple fotografía manipulada de color. Una simple cosa.

Incluso unas simples telas se globalizan

Este vendedor de telas de Lagos en Nigeria y fotografiado por Akintunde Akinleye, me trae a la mente una tienda de Madrid a la que tuve que acudir por encargo a comprar unas telas para coser. Curiosamente dos de las telas que porta el joven en su cabeza fueron parte del encargo, la roja y su azul superior. Es la globalización, es el estar en todos los sitios a la vez. La tienda de Madrid estaba regentada por una familia de la India. Aquí es de Nigeria. Yo soy español. Incluso lo mínimo, como pueden ser una simples telas por metros, se globaliza, para bien si es para bien, o para mal si no se sabe hacer bien.

25.6.16

Animales de Gonzalo Borondo

El artista español Gonzalo Borondo nos muestra ahora uno de sus trabajos de art street más básicos y sencillos pero no por eso efectistas. Un texto tachado, una línea donde se asientan los pájaros, unas manchas negras y rojas. Un poco de todo. Simple pero capaz de mandar una señal, un mensaje.

Cuando comen mierda no. Lo sé

No hay moscas amarillas, aunque algunas lo parecen. Pero comen amarillo, chupan amarillo, andan sobre amarillos. Las moscas más asquerosas son las de ojos rojos que parece que se te van a comer en cualquier descuido. Pero las muy canallas siempre se rodean de bellas flores, de elegantes olores, de…, bien, bien…, cuando comen mierda no. Lo sé.

24.6.16

Un pintor con luz, en vez de con pinceles y tubos de pintura

Chema Conesa es ante todo un retratista de momentos, más que de personas, aunque sean ellas su materia principal en las imágenes que nos presenta. Pero esas personas sin “su momento” no nos dirían nada, o sin duda mucho menos de que lo logra Chema Conesa con sus arte retratos.

Este de Umbral es un ejemplo. Umbral es visualmente sus gafas. Sin ellas Umbral no hubiera sido Umbral. Como lo era su voz, su particular forma de responder, su ácida escritura maravillosa. Pero estamos hablando de fotografía y de imágenes reales. Y este Umbral es perfectamente reconocibles por el trabajo de Chema Conesa. Un pintor con luz con un estilo único.

Fucsia pasión para una noche de amor violento

Fucsia pasión es un color, pero es también un deseo, una sensación, un olor, un sudor contenido que engrasa todo lo anterior. Fucsia es un magneta al que le hemos cambiado el color para internacionalizarlo o para darle sentido de moda. Pero es siempre un color potente, agresivo, vivo, enérgico, violento aunque sea por el amor. 

Con el fucsia se logra casi todo. Sin el fucsia no hay color.

23.6.16

Soy cazador, pero nunca me como lo cazado. Por suerte

La fotografía de naturaleza siempre está allí, esperando nuestro acercamiento, nuestra mirada, ese espíritu cazador que todos tenemos programado dentro desde los ancestros viejos. Pero la fotografía de naturaleza no mata, es una caza sin dolor, sin muerte, sin sangre. Pero igual de interesante. Somos cazadores de instantes.

Buscar el encuadre, acercarte sin que huyan, enfocar e intentar que la luz sea aceptable, es una técnica que se puede mejorar mucho con cámaras y objetivos elegidos para la fotografía de cerca, para el enfoque rápido, los disparos en serie, etc. Aunque sin duda la suerte te tiene que pillar trabajando y preparado. Un segundo es muchas veces lo que diferencia una fotografía de la nada.

Cazar fotografías de naturaleza es un lujo para el fotógrafo. No hay que comerse lo cazado, lo cual en el caso de los insectos es una gran suerte. Pero además tenemos la suerte de cazar también flores, plantas que vistas de cerca nos cambian totalmente su forma, detalles que pasan desapercibidos hasta que llegas a casa y revisas lo cazado.

22.6.16

¿Podemos retener el tiempo con una fotografía?

Irina Werning es una gran fotógrafa argentina que ha ido creando en su carrera una serie de fotografías muy originales, donde busca retratar el pasado junto al presente, sin darse cuenta el que las observa, que en realidad está retratando el pasado dos veces, para que se vea en el futuro su trabajo. Ayer ya es pasado.

Busca personas que tengan imágenes personales antiguas donde se vea al personaje en acción y repite la misma fotografía y con la misma persona en el mismo lugar, con los años ya pasados y empleando el mismo encuadre, para después en el ordenador retocarla de enfoque, color y textura. Es ver el pasado y lo que creemos es el presente, en iguales condiciones, excepto al protagonista, al actor.

De las muchas imágenes que Irina Werning tiene publicadas he elegido esta, donde se ve —acompañando a la persona protagonista— otro objeto también protagonista e importante. El Muro de Berlín que también se ha transformado junto a la persona. Esto es la fotografía, una herramienta para comparar, para retener, para crear incluso ilusiones por retener el tiempo.

Sólo hazlo. Busca la solución. De Borondo

Gonzalo Borondo está saltando a los papeles mediáticos por un mural que ha realizado en un barrio de Berlín, de más de 40 metros de alto y donde refleja su idea del dolor, de la tragedia, de la violencia. Los vecinos de la zona han reclamado que no quieren ver en sus calles una obra artística dura y sangrienta, pues ellos quieren vivir siempre felices, sin que les afecta la mirada de un artista.

Gonzalo Borondo es un artista de calle, un art street fabuloso y de los más activos artistas urbanos de Europa; segoviano llama la atención con sus trabajos sobre el abandono urbano deliberado y elabora sus obras sobre paredes, fachadas y esquinas deterioradas a las que llena de mensajes visuales que realmente no pueden pasar desapercibidos. Que en Berlín quieran huir de su trabajo es un halago para Borondo, pues precisamente lo que busca es eso, romper conciencias.

En esta obra nos lo avisa. “Sólo hazlo”, si se te ha caído la cabeza, búscala, si estás sin destino, búscalo. Hazlo, haz algo, no te quedes quieto, sigue buscando soluciones.

La fotografía nos (los) vuelve inmortales


Sin la fotografía no podríamos saber qué está sucediendo ahora mismo en el mundo. Aunque esto nos importa poco. Pero tampoco sabríamos qué rostro tenían personajes que nos han dejado parte de su inteligencia entre nosotros, para que la podamos seguir disfrutando o recordando. 

Conocer a las personas a través de la fotografía, recordarlos tras su muerte, sean familiares o desconocidos, es parte de la inmortalidad.

Estas imágenes, esta fotografía nos muestra a Miguel de Unamuno en la cama leyendo. Nos pone en contexto quién era él. 

Yo no conservo ninguna imagen de uno de mis abuelos hombres. Nunca se hizo una fotografía. No sé cómo era, no sé si yo me parezca a él o soy totalmente diferente. 

Si con aquella figura, con su rostro, encajaba la vida que llevó, o con la que imaginamos podría haber gastado. No conozco su mirada, su forma decorada en un rostro en el que no sé si llevaba barba, bigote o era calvo. La fotografía no llegó a su pueblo de Soria antes de que él fallaciera.

Femme assise, uno de los primeros cubismos de Picasso

Este cuadro de Pablo Picasso titulado “La Mujer sentada” se ha convertido en la obra cubista más cara subastada hasta ahora, al alcanzar en Londres los 56,3 millones de euros, más de 20 millones sobre la cifra que habían previsto la casa Sotheby's que la subastaba.
                                       
Este retrato, en el que Picasso plasmó en 1909 el rostro de su amante Fernande Oliver, partía como la estrella indiscutible en una puja de obras impresionistas y de arte moderno en Sotheby's. "Todas las obras de Picasso, con una o dos excepciones, se encuentran en museos públicos, así que, para los coleccionistas, poder adquirir esta pieza es una oportunidad excepcional que se produce pocas veces", señaló James Mackie, experto de la casa de subastas. La importancia de esta creación, que se ha expuesto en el Museum of Modern Art (MoMa) de Nueva York y en la Tate Gallery de Londres, radica en que se considera como una de las obras que iniciaron el cubismo, una de las vanguardias pictóricas surgidas en el siglo XX que rompe con la pintura tradicional, al basar las composiciones en cuerpos geométricos.

Aprendamos a encuadrar, para gozar de la selección

La mirada es lo que crea la belleza. O la fealdad. Si logramos modificar la forma de mirar, lograremos que todo sea más bello o más feo. 

Depende de nuestra capacidad para buscar sólo lo que nos llame la atención y adaptarla al disfrute en ese momento, mirando atentamente lo que se nos presenta a los ojos.

Seleccionado, eligiendo el punto de vista. Nuestra posición.

Debemos aprender a encuadrar con la mirada y seleccionar sólo aquello que nos guste en ese momento a nosotros. 

Si volvemos a pasar otra vez por el mismo sitio, es muy posible que sean otras cosas las que nos llamen la atención. Depende de nosotros, de nuestro momento, de la luz, del color, del ambiente.

Cine, sexo, arte, convivencia vital

Ayer tuve la oportunidad de ver la película “La vida empieza hoy” de Laura Mañá, donde en unas historias corales se habla del sexo en la tercera edad con suavidad, respeto, claridad y dulzura. Con ese arte que tiene el cine para contarnos historias normales de una forma especial, para hacernos soñar. Mientras vemos el trabajo de Laura Mañá estamos viviendo como los protagonistas, parte de sus vidas. Eso es el arte del cine, hacernos creer desde la nada, que aquello además de posible, está sucediendo.

La mezcla de sexo y tercer edad parece en algunas mentalidades oxidadas un sinsentido, cuando en realidad es una realidad básica y simple. Estamos vivos hasta que dejamos de estarlo. El sexo es a partir de cierta edad una mezcla de cariño, respeto, compañía, auto necesidad, vitalidad y normalidad. El amor es también la suma de muy diversos comportamientos entre los que la simple compañía, el respeto, la cálida relación, el amor tranquilo, los recuerdos y la seguridad brillan por sí solos, acompañando a la vida que avanza. El sexo puede ser arte de convivencia, de relación, de amistad, de seguir vivos y notarlo.

El sexo es sensaciones, es vida, es tocarse, es disfrutar, es vivir. El sexo es además de muy necesario a todas las edades, parte de nuestra vida que debemos seguir explorando en todo momento. Lo necesitamos como personas, pero también lo necesita nuestra mente para seguir activa y funcionando. El sexo en compañía o el sexo en solitario. Y si hay dudas, ver la película “La vida empieza hoy”.

21.6.16

Poseer el arte no es un lujo, contemplarlo sí

El arte no es un lujo y debemos romper con esa idea tramposa, auspiciada por los mercados manipuladores del arte que desean que no entremos las personas que simplemente buscamos gozar y disfrutar de una de las herramientas de felicidad que nos podemos dotar para encontrar belleza o tranquilidad o sosiego o belleza.

Mientras algunos conciben el arte como un mercado refugio, como una forma de inversión y juego de riqueza, otros simplemente entendemos el arte como una forma de disfrutar con la vista y la contemplación de algo bien seleccionado o creado buscando la excelencia. Hay detrás del arte un mercado refugio, que hace crecer lo que le interesa, con un montón de acólitos y técnicos que elevan o bajan lo que creen bueno para sus intereses, como en un mercado de Bolsa. Eso sigue siendo arte, pero juega de la manipulación.

Lo curioso del lujo en el arte es que pocos artistas han disfrutado de las ganancias de su propio arte, sobre todo si ha sido pictórico. Ya hemos hablado del distinto valor que tiene un artista muerto de un artista vivo. Para los mercados, claro.

El arte no es un lujo, pero a los mercados les interesa que parezca un lujo sólo al alcance de los que paguen mucho por ello. No buscan la mirada, el disfrute con la simple contemplación. Ellos buscan la posesión. Ser los dueños únicos de esas miradas “a lo suyo”. Pero la propiedad se pierde con la muerte. Nadie nos llevaremos nada cuando volemos. Así que lo maravilloso es disfrutar de las miradas, no de las posesiones.


Para ilustrar esta entrada os dejo una imagen del grabado titulado “Goya en su lecho de muerte” del litógrafo Cyprien Gaulon y dibujado por Francisco de la Torre en el año 1828, propiedad del Gobierno de Aragón.

Relatito o cuentito chiquitito

                   Salí a pasear y vi a dos hombres hablando amablemente entre ellos. 

                     Me extrañó…, pero es que no se conocían de nada.

Tramo libre y sin muerte. No lo entendí bien

La muerte está siempre con nosotros. Somos muerte. Pero encontrarte este cartel no es normal. Sobre todo si no va con un libro de instrucciones. Os juro que pasee entre los árboles con temor. Era libre, sí, sin muerte, sí. ¿Y sin ataques que te deje mal herido? Cuidadin que ya te habían avisado. Así que miré bien a mi alrededor y no ví a manie, lo que no supe entonces si era bueno o malo. Con el tiempo supe que se referçía al río. Era un tramo libre…, de pesca, pero sin derecho a muerte del pez. Jódete.

Hay que crear imágenes diferentes, originales

Hacemos tantas fotografías todos nosotros, tú y yo incluidos, vemos tantas imágenes todos los días, es tan sencillo hacer una fotografía, que nos llegamos a creer que todo lo que vemos, lo que nos muestran los medios, pensando que además de ser real, es tal y como nos lo enseñan los fotógrafos en sus imágenes.

La verdad es muy otra. Un fotógrafo hace centenares de fotografías en un viaje, en un trabajo. Antes eran decenas, ahora en digital pueden ser incluso mil en un sólo día. Y entre ellas elige la que le gusta por encuadre, luz, posición, color, movimiento, desenfoque, profundidad de campo, capricho. Sólo esa veremos. Y además la modificará el fotógrafo antes de sacarla al público. Quiere decirnos algo y lo remarca con su elección de cada una de sus partes.

Hacer una fotografía es muy sencillo. Hacer "la" fotografía ya no lo es tanto. Vemos miles de imágenes todos los días, estáticas o en movimiento. Pero (casi) todas ellas han sido preparadas para un fin, estando el de agradar o impresionar entre los más importantes. Pero no el único, tal vez simplemente quiera que le prestemos un segundo de atención o nos quiere mandar un mensaje o mostrarnos un detalle. Hacer fotografías es muy sencillo. Ser fotógrafo ya no es tan sencillo.

20.6.16

Una triste mirada llena de dolor poético

Dicen que cada día subimos un millón de imágenes diferentes a internet.

             ¿Somos capaces de ver tantas imágenes. NO

¿Somos capaces de seleccionar entre ese millón de imágenes para encontrar las interesantes? NO

Otros tienen que hacerlo por nosotros.

                                                     Nosotros tenemos que hacerlo por todos los demás.

Seleccionamos sobre todo mirando, eligiendo dónde miramos, acudiendo a las ventanas en las que ya antes hemos visto algo interesante.

Los mecanismos de selección se basan precisamente en lo que miramos.

Algo es bueno si lo vemos, algo es malo si pasa desapercibido.

Para ascender es necesario que lo empujemos nosotros.

Tremenda responsabilidad. Podemos lograr que ascienda basura…, y sin darnos cuenta.


Cuidado con el amor, puede ser muy peligroso. ¡Chaff!

Esta fotografía artística del fotógrafo Charles Platiau para la revista Time es el claro ejemplo de lo peligroso que es el amor, incluso el cariño. De que el amor nubla la mente hasta hacernos osados y atrevidos. 

Es París, ese París lleno de aguas que hicieron crecer al caudal hasta preocupar, pues está tomada en la propia orilla del río Sena. ¿Quien no estaría obnubilado si se encontrara una tarde nublada en París, en la orilla del Sena, junto a su amor en vaqueros? ¿Alguien se imagina una mano mal colocada y un temblor incontrolable y quisquilloso? ¡Chaff!

Si no existe, deberíamos construirlo

Castillos en el aire de la playa, construcciones de arena para soñar que viajas, trabajos efímeros que se lleva el otoño como mucho tardar. 

Detalles de artesanos de la arena que nos llaman la atención en Valencia con estos trabajos tan curioso. 

Es arte artesano, sin duda, dirigidos a los que tenemos miradas de búsqueda. Este pueblo no sabemos si existe fuera de los sueños, pero de no existir debería ser construido.

Mircea Cărtărescu, poeta y escritor rumano

Son sólo tres preguntas y tres respuestas de una larga entrevista al escritor rumano Mircea Cărtărescu realizada en Jot Down. El eterno aspirante al Premio Nobel habla de literatura y de vida, de arte escrito y de sociedad, desde la mirada del poeta o desde la del profesor de jóvenes rumanos.


Has declarado que aunque te gustaría ser leído por un mayor número de personas, en el fondo te concibes a ti mismo como un escritor que, como decía Juan Ramón Jiménez, escribe para la inmensa minoría.

Escribo libros para vivir en ellos. Escribo en primer lugar para mí, para entenderme a mí mismo. Para saber quién soy y para la gente que se parece a mí. Y si en el mundo hay mucha gente que se parece a mí, me siento todavía más contento. Mis libros son muy diferentes en cuanto al grado de accesibilidad. Algunos son muy sencillos y los puede leer cualquiera, y otros son extremadamente difíciles. Mi obra es como una escalera y para subir esa escalera tienes que empezar por los escalones más bajos y poco a poco ir aprendiendo a subir los escalones más altos.

¿No tienes una concepción clara de para qué público escribes?

No, no tengo un público objetivo, un target, como suele decirse. En general los escritores, excepto aquellos que escriben una literatura de consumo, no escriben para un público concreto y determinado. El escritor simplemente escribe un texto, lo mete en una botella y lo lanza al océano.

Generalmente los escritores se suelen encuadrar en dos vertientes muy claras: los que creen que está muy bien que se lea aunque sea Cincuenta sombras de Grey y los que preferirían que no se leyese si es para leer este tipo de libros.

Yo soy de los primeros. Creo que la lectura es algo maravilloso, es la mejor diversión posible, mucho mejor que el cine, la televisión o que los juegos de ordenador. Aunque leas novelas ligeras participas en el acto de la lectura de una forma mucho más intensa que simplemente viendo una película. Por ejemplo, si un autor dice: «ayer por la noche», tú no estás pensando en la noche a la que él se refiere sino a la que está en tu mente. En cierto sentido un libro es una pared con pinzas en las que vas colgando tus propios pensamientos y recuerdos, así que cualquier lector es también un escritor.

19.6.16

Esto es un barullo de mierda. Nada más. Pero tiene su punto

¿Qué es un barullo? joder, a ver…, ¿esto es un barullo? Que sí, que está todo desordenado, que todo parece haber caído allí encima sin ningún orden, pero vemos la cabeza de un perro un poco asustado, sucio, enmarañado, casi cabreado de tanta basura. El resto es joder la marrana ¿no? No dice nada, no es ni Art Brut ni nada que se le parezca. Es basura, es suciedad, es mierda. Es un montón de tipos con ganas de manchar y quedarse a gusto con eso. Otra cosa es que haga bonito. ¿Te lo quieres poner en el salón de tu casa? ¿Y en el water?

Sin tierra podemos vivir. Sin humedad no, nunca

Sin tierra podemos sobrevivir. Sin humedad ya no. Sin hogar podemos mal vivir pero sin alimentos nos morimos lentamente. 

Podemos creer que vivimos en una cueva negra, pero en realidad de donde sobresalen (o se entierran) nuestras raíces es de donde comemos, de dónde alimentamos nuestra vida. 

Siempre necesitamos estar cerca de un lugar donde podamos alimentarnos un poco, simplemente un poco. 

Con eso ya somos capaces de sobresalir y mostrarnos al mundo. Y de ser bellos y capaces de sorprender.

Otro artesano del teatro callejero. Esta vez de papel

Cuando hablábamos de la diferencia entre arte y artesanía poníamos el ejemplo de un actor de teatro de calle, que era lo que realmente representaba aquel torero. 

Hoy traigo a otro actor de calle, un lector de sí mismo. Él se lee y se queda con eso. 

Es dura la vida en la calle, hace frío de soledad. 

Ser artista de calle es lo que queda, y por eso aunque sepamos que son artesanos, los vamos a llamar artistas para recomponerlos un poco.

18.6.16

El arte de crear series de obras de idéntica temática

En el arte hay que crear series de obras de idéntica temática. Es complicado demostrar las ideas con una sola imagen, una sola obra o cuadro.  Hay que explorar desde una misma idea, formar conjuntos de obras con una temática o estilo pictórico idéntico que nos sirva para explorar hasta dónde puede dar de sí cada tema según nuestra mirada.

Nadie se acordaría de Miró o de Viola, o de Dalí, si sus particulares formas de mostrar sus ideas se hubieran quedado en una sola obra. Si asociamos a Magritte con el surrealismo es por su insistencia a lo largo de toda su obra en un modo particular de mostrarnos sus miradas, sus ideas. Esto es trasladable a todos los artistas.

En fotografía es igual de válido. No debes pasar del color al blanco y negro, de las imágenes con personas a los paisajes, de los primeros planos a las manchas. Debemos elegir, y una vez exploradas nuestras posibilidades, trabajar en una temática y en una forma de transmitir, hasta agotar las propias posibilidades. Forma álbumes, bloques que con diferentes conceptos tengan un hijo conductos reconocible.

Tu firma es tu forma de transmitir de la misma manera, diferentes ideas similares o parecidas, con el hilo conductor de tu particular manera de tratarlas.

17.6.16

El paseo de la cebolla se mueve. Obra de Simone Forti

Es verdad que a veces (muchas) resulta complicado defender el arte, pues creemos que se está pasando por arte lo que es simplemente un montaje visual, que sin duda puede parecer arte, pero no entra en la concepción del arte que tienen la inmensa mayoría de las personas que lo observan. Se califica por ellos de barbaridad, de tomadura de pelo, de mentira, de teatro y es una forma de admitir que este arte provoca, influye, pero a la vez que es arte pues el teatro es arte pero también los montajes de algo que no existe hasta que se realiza de forma original y para los espectadores. Si es bello es arte. Si es feo, simplemente debe ser MUY feo.


Esta obra es de la artista americana Simone Forti del año 1961 (nació en Italia pero tuvo que emigrar de niña a los EEUU) y forma parte de un montaje extenso donde se mezcla baile, performance de movimientos humanos y arte visual estático. Nos puede parecer que las locuras en el arte son actuales, y siendo cierto no lo es. Hoy todas las locuras son mucho más grandes. Tiene título esta obra: “El paseo de la cebolla”, que tampoco me encaja mucho. Pero sin duda es una muestra de arte que forma un conjunto con muchas más partes. Separado de su contexto no dice lo mismo.
 Esta obra en su conjunto se pudo ver en el Museo Reina Sofía de Madrid, pero perfectamente es una obra que se podría realizar en un centro más pequeño con intervenciones de los espectadores o en la propia calle.